Durante los primeros 4 meses de tu bebé, el sueño diurno no ha sido desarrollado aún en su cerebro. Esto significa que sus siestas serán a lo largo de todo el día y no estarán ordenadas aún en un horario estable y consistente como sí será una vez que su cerebro haya madurado lo suficiente. Veremos, entonces, que nuestro pequeñito dormirá a veces durante largos ratos y otras veces pocos minutos, sin mayor orden ni ton ni son. Recuerda que esto es normal y lo importante en este tiempo es intentar que nuestro angelito duerma cada vez que lo notemos con sueño.
Qué es lo más importante que debemos saber en esta etapa? Pues que nuestros angelitos deberán dormir a cada rato. Durante el primer mes es probable que duerman cada 45 minutos, y ya hacia el cuarto mes sus ventanas despierto se habrán ampliado a 2 o 2.5 horas como máximo.
JAMAS pienses que si “aguantas” a tu angelito despierto más rato esto lo hará dormir mejor. Por el contrario. El cansancio en esta etapa (y en el próximo año por lo menos!) es TU PEOR ENEMIGO. Observa a tu Angelito con ojos de águila. No esperes que esté llorando de cansancio, o fastidiada. Encuentra el momento IDEAL para acostar a tu bebé sin que luche contra el sueño, aprendiendo a leer sus SEÑALES DE SUEÑO TEMPRANAS (aprende a reconocerlas – SON SALVADORAS -y muchos trucos más en el curso online RECIÉN NACIDOS GO!).
Como decía más arriba, en las primeras semanas esto será cada 45 minutos a 1 hora, mientras que hacia los cuatro meses podrá estar despierto un máximo de 2 a 2.5 horas desde que despierta de su siesta hasta que vuelva a dormir. Es esencial que en los primeros meses de vida aprendamos a “leer” correctamente las señales de sueño de nuestros bebés para evitar que cojan un “segundo aire” y se cansen mucho. La consecuencia de esto, como muchas mamis habrán comprobado es que se le dificulte mucho quedarse dormido y mantenerse en este estado. Recordemos que no todos los niños son iguales, algunos podrán estar despiertos 1.5 horas con tranquilidad y otros empezarán a mostrar signos de cansancio a los 40 minutos de despertar. Es fácil “perdernos” estas señales si estamos distraídas o si simplemente queremos “jugar” más rato con nuestros Angelitozzz.
Recuerda que el sueño es tan importante para su crecimiento y desarrollo como su alimentación, y así como no harías pasar hambre a tu bebé, intenta no robarle la oportunidad de quedarse dormida tranquila a la hora que ELLA lo necesita y no cuando a ti te conviene más. Sus necesidades son distintas que las nuestras, intentemos respetarlas.
Te explico mejor por qué te conviene hacer esto: Cuando estamos cansados y no dormimos, el cerebro produce hormonas estimulantes que hacen que el cuerpo luche contra la fatiga, y es entonces que vemos a nuestros bebés batallar contra el sueño. Se muere de sueño, pero no se duerme por nada. Este es un claro efecto del sobre cansancio. Al final, nos conviene respetar sus tiempos y sus señales de sueño, pues ellos descansan mejor y luego están de mucho mejor ánimo.
Por otro lado. Verás que durante las primeras semanas, tu bebé es bastante “portable” y se le hace fácil conciliar el sueño en cualquier lugar o situación. Sin embargo, cuando crecen un poco más, hacia las 6 u 8 semanas de nacida (contando desde la semana 40 de gestación), verás que empieza a sonreir de manera “social”, es decir no sólo como un reflejo. Esto nos indica que su cerebro está madurando, y en consecuencia tu bebé estará más propensa a distraerse con los estímulos externos que le llamarán la atención y quizás la distraerán mucho como para poder dormir. Te recomiendo empezar a hacerla dormir en el mismo lugar cada vez que puedas. Lo ideal para lograr un sueño reparador es que la siesta no sea en movimiento (columpio, coche, carro, brazos, etc) ya que no logran llegar al sueño profundo que los ayuda a descansar mejor (piensa qué tanto descansas cuando te quedas dormida en el carro, avión o bus!). Si se quedó dormida en el coche, deja de pasear y siéntate en un lugar tranquilo.
Las rutinas consistentes son de mucha ayuda y este es un buen momento para empezar a formarlas. Una rutina de siestas no debe ser muy larga, quizás de unos 5 a 10 minutos. Empieza tu rutina a penas veas que tu Angelito muestra signos de sueño; verás que si sigues siempre los mismos pasos, ella aprenderá a leer esos pasos como señal de que ya viene la hora de dormir! Yo siempre cuento la historia de mi segundo hijo, a quien llevaba a su cuarto siempre a hacer la siesta. Su cuarto estaba oscuro y con el ruido blanco prendido. Sin importar lo “despierto” que parecía antes de la siesta (podía estar jugando en la sala, por ejemplo), bastaba con entrar a su dormitorio bajo estas condiciones, para que mi bebecito soltara un super bostezo… ya sabía lo que venía! Las rutinas, entonces, sirven para calmar al bebé, lo ayudan a “bajar revoluciones”, y también le indican que ya llega la hora de dormir. Esto, combinado con un ambiente apropiado (oscuro, con ruido blanco y pocos estímulos) conducen a nuestro Angelito al sueño más fácilmente.
Si tu Angelito tiene muchas dificultades para calmarse una vez que empieza a llorar o le cuesta mucho dormir, te recomiendo que sigas los consejos de arriba combinado con LAS HERRAMIENTAS DE CALMA que explico en detalle en este post.
Es importante saber también que las siestas de los recién nacidos no tendrán una longitud consistente. Es normal una siesta de 20 minutos así como es normal una siesta de 2 horas. Cuando tu angelito haga una siesta cortita, puedes intentar ayudarlo a volverse a dormir unos 15-20 minutos (de intento) pero luego da por acabada esa siesta. No te estreses ni mucho menos te quedes en un cuarto oscuro todo el día intentando que duerma más rato! Sigue adelante y lo vuelves a intentar la próxima.
Ahí lo tienes! Sabemos que estas en “modo de supervivencia” y que nadie está preparado para los niveles de cansancio y agotamiento que seguramente estas pasando en este momento (junto a las hormonas locas y las emociones desbordantes!). En este momento lo mejor que puedes hacer por tu Angelito es intentar que duerma lo más posible, evitar que le de un “segundo aire” poniéndolo a dormir cada hora o dos, según sus señales. Un bebé “sobreestimulado” no es un bebé que jugó mucho, es simplemente un bebé que estuvo despierto más rato del que su cuerpo podía! A partir del segundo mes, implementar rutinas para las siestas y un ambiente apropiado conducente al sueño.
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Mucha suerte!