LA SIESTA: TU MEJOR AMIGA

Las siestas constituyen parte esencial del descanso y desarrollo de todos los ninos, entre los 0 y los 3 años (por lo menos). Sin embargo, muchas mamis no cuentan con la suficiente información para ayudar a sus angelitozzz a aprovechar al máximo estos momentos tan importantes o siquiera para lograr que tomen la cantidad de siestas que necesitan. Este es el primero de tres posts en donde tocaremos el tema de las siestas. En este post hablaremos de las siestas en general y de su importancia.

En un estudio de 60 bebés sanos realizado por el Dr. Marc Weissbluth, autor del libro “Healthy Sleep Habits, Happy Child”, el Dr. descubrió que aquellos bebés que a los 5 meses dormían alrededor de 3.5 horas de siesta al día y 12 de noche, eran bebés por lo general más calmados, sonrientes, adaptables y regulares en sus patrones tanto de suenio como de hambre. A su vez también observó que estos infantes eran más curiosos y dispuestos a conocer y explorar ambientes y personas extrañas, que sus contrapartes que dormían unas tres horas menos en total. Aquellos niños que dormían mejor sus siestas, es decir de manera más consistente y con mayor duración, tenían como rasgo común mayor persistencia y nivel de atención. Aquellos niños que duermen mejor durante el día tienen una mayor habilidad para aprender de su medio ambiente y esto debido a que pueden concentrarse más. No necesitan ser entretenidos a cada rato, ya que se encuentran en un estado de alerta en calma. Una siesta saludable y consolidada (es decir aquella que no se da en movimiento como por ejemplo en el carro, en donde el bebé logra dormir más de una hora sin despertar ni necesitar ayuda para volver a dormir) es vital para el aprendizaje durante su despertar. Un niño con mucho suenio no puede aprender bien, y un niño crónicamente cansado se pone hiperactivo y fastidiado, condiciones que tampoco favorecen el aprendizaje ni la concentración necesaria para el mismo.

En niños de aproximadamente 3 anios se demostró en otro estudio mencionado en el mismo libro, que al restringirse la siesta del día, estos niños no vivían sus éxitos con tanta emoción positiva, ni reaccionaban bien ni se adaptaban ante situaciones difíciles o retos. Al resolver exitosamente un rompecabezas, los niños no se sentían tan felices ni orgullosos de haberlo logrado como quienes sí durmieron siesta, y por el contrario, al presentárseles un rompecabezas sin solución, aquellos que no durmieron se sintieron más preocupados y ansiosos que los que sí durmieron.

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Tampoco podemos decir que si un niño duerme muchas horas en la noche entonces “no importa” si sus siestas son cortas o inexistentes. El suenio saludable no es solamente la suma de las horas que nuestros Angelitozzz duermen, sino también importa y mucho la calidad del mismo.

No Todas las Siestas Fueron Creadas Igual

Sabemos por ejemplo, que las distintas siestas que toman los bebés durante el día son diferentes entre sí. La mayor parte de la siesta de la mañana de nuestros angelitozzz se pasa en suenio activo o REM y sabemos que el suenio REM está directamente relacionado con la habilidad para solucionar problemas. La siesta de la mañana, podríamos decir, es mentalmente y emocionalmente reponedora. Por otro lado, la siesta de la tarde es físicamente reponedora y lo sabemos porque esta siesta ocurre normalmente con un suenio más profundo.

En un post anterior, hemos hablado de la famosa hormona del estrés, el cortisol, que llega a sus niveles más altos en las mañanas luego de una noche de descanso y van bajando gradualmente hasta alcanzar sus niveles más bajos en la noche. Durante la siesta los niveles de cortisol bajan dramáticamente, por tanto, también bajan los niveles de estrés en nuestro cuerpo. Sin siesta, el cortisol se mantiene elevado y el cuerpo afronta mayores niveles de estrés, con lo cual conciliar el suenio más adelante también se hace más difícil, aparte de todas las consecuencias que hemos visto más arriba!

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En la próxima parte de esta serie de posts dedicados a las siestas, hablaremos sobre las siestas en el primer año de vida. Recordemos que la necesidad de sueño a diferentes edades varía y mientras más pequeños son los bebés, más necesitan dormir. Les vamos adelantando que es muy importante no permitir que a sus Angelitozzz se les “pase” el sueño, es decir, que estén más rato despiertos del que sus cuerpos pueden soportar. Dependiendo de su edad, podrán estar más rato despiertos entre siesta y siesta, pero igual en el primer año de vida, estos tiempos son cortos, desde 45 min al principio hasta unas 3 horas como mucho cerca del año. Lo que sucede con el cerebro de nuestros Angelitozzz cuando se “pasa la hora” es que el cerebro busca luchar contra la fatiga produciendo adrenalina y cortisol, ambas hormonas que los ponen en estados de alerta y como muchas ya saben, pareciera que los bebés están bien despiertos pero a la primera se viene la debacle y no hay quien pueda ayudar a dormir a ese niño “sobregirado” por este coctel de hormonas que está dando vueltas en su cuerpo!

Recuerda siempre que un bebé o niño bien descansado conciliará el sueño más rápido y sin luchar contra él. Dormirá mejor en la noche, experimentará menos despertares en la madrugada y hasta previene esos aterradores despertares a las 4 o 5am! La siesta es tu mejor amiga. Aprovéchala!

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